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| Las cara del clásico. Hay de todo en la foto, lo dejamos a libre interpretación del lector. |
Este sábado que pasó se jugó el partido del clásico entre Contadores, nuestros superhéroes Z contra los villanos A, y decimos "partido" porque el duelo ya había empezado a jugarse mucho antes.
Son esos partidos que te mantienen toda la semana en vilo, ya se juegan en la cabeza de cada uno, en las chicanas entre hinchas, los memes en redes sociales... como esa rivalidad entre los de la mañana y los de la tarde en el colegio, que si te los cruzas en la calle lo saludás amistosamente, pero en el patio de la escuela si lo ves es tu peor enemigo, acá lo mismo pero dentro y fuera de la cancha.
Los primeros indicios de ambiente calentito se vivieron en las afueras de Apolo, donde se sabía que los jugadores iban a quedar concentrados. Centenares y hasta miles de fanáticos Zetáceos se acercaron a brindar un popular banderazo. Se sabe que hubo disturbios y corridas, todo se venía desatando de manera pacífica y con protocolos hasta que un altercado entre el líder de la barrabrava, Leandro Parlatto, y la policía local, que desató descontrol por las calles de Cdelove. Los vecinos que actuaron de querella aseguraban que Parlatto le habría gritado al jefe del operativo policial "el barbijo usalo vos que sos feo!", negándose a cubrir su rostro y haciendo caso omiso al distanciamiento social obligatorio.
Pero el bandolero no se encontraba solo, muy de cerca lo seguía Agustín Barbisan, su perrito guardián (con rima y todo), que era el encargado de propinar puños al que se pasaba de piola. Ambos fueron retenidos por gendarmería nacional. Desde el calabozo lograron contactarse con el capitán Juan Inda, quien tramitó la liberación transitoria de ambos argumentando que el partido del sábado era mucho más importante que la seguridad de los transeúntes, el juez supo entender.
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| Barbisan llenándole la cara de dedos a un barra de Contadores A. |
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| La policía llevándose detenido al bravo Parlatto. |
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| Banderazo de la hinchada Z en la previa al partido. |
El sábado por la mañana todo era nervios y adrenalina, la lluvia había amenazado con suspender la fecha, algunos se hacían ilusiones con que eso pase porque decían no estar en óptimas condiciones, pero otros querían jugar a pesar que caigan pizzas de punta (por no decir una barbaridad). Se sabe que Moren (lesionado en su tobillo) y Aguiar (casi pierde su pierna hábil en un accidente laboral, en vísperas del cotejo) recurrieron a una aldea aborigen para realizar rituales de magia negra con el fin de postergar la fecha. El cheque con el que quisieron pagar no tenía fondos así que toda su opereta quedó anulada.
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| Christian (algo entrado en kilos) y Martín en plena danza de la lluvia. Liebig. Entre Ríos. |
Pasó la previa, pasó el ritual satánico, los nervios y la ansiedad pasaron a ser concentración y puro corazón zeta, salen nuestros valientes a la cancha y arranca lo lindo.
El equipo ataca con vehemencia y desde el comienzo se nota una actitud arrolladora, todo el plantel decidido a pasar por encima a su rival. La pelota se mueve con criterio en el medio y los delanteros buscan filtrarse entre los zagueros anhelando con un pase filtrado, mientras que la defensa es el mismísimo muro de Berlín, todos muy ordenados y el DT Raúl Pendino conmovido con sus dirigidos.
A 15 minutos del primer hay córner kick para los A, el arquero Javier pone la pelota en los pies de Juan que sin perder un segundo mete un largo cambio de frente, la pelota dibuja una parábola deliciosa y cae en posesión de Matías que la deja picar y con los nervios de acero no titubea en ponérsela por encima al arquero, 1 a 0 y "a seguir así que tenemos que hacer otro!" gritan desde el fondo.
El mediocampo se vuelve un relojito entre Hernandez manejando los tiempos, Moyano y Aguiar inquietando rivales, y los laterales Adriansinho Pernambucano y Leandrao Parlatiño que parecían brasileros haciendo el ida y vuelta constante. Hasta que la agarra el Seba por derecha , poseído por el barrilete cósmico y arranca a gambetear, y pasa uno, y pasa dos, y pasa 3, y pasa 15 y cuando perdimos la cuenta después de haber dejado atrás a tanto Contador A, zurdazo letal y a pelarse. 2 a 0 y el equipo aún seguía sediento de sangre.
Nos vamos al entretiempo conformes por el sacrificio pero con la sensación que 1 o 2 más podíamos haber hecho, realmente un partidazo y más aún teniendo en cuenta la magnitud del rival.
La charla técnica parecía ponerse tensa cuando el DT apuntó que un mediocampista había abusado de su confianza tirando caños, el hombre en cuestión sostenía que lo utilizó como recurso , finalmente hubo risas de complicidad y abrazo, vamos al segundo tiempo y a no aflojar Zeta.
Tal como se había previsto, el rival salió dispuesto a comerse la cancha, tirando toda la carne al asador. Si bien en ningún momento perdimos el control del partido, hubo un par de sustos... Una pelota impactó en el travesaño, Wes expuso su cuerpo y alma cubriendo el arco y logró mantenerlo en cero. Pudimos haberlo rematado de contra pero la falta de precisión en la definición nos pasó factura.
Cabe destacar que los relevos cumplieron más que bien su función y en un momento complicado, dado que entraron con el equipo algo desarmado y el partido jugándose con más testosterona que neuronas.
Pitido final y el clásico se va palascasa. Dicen que los clásicos no se juegan, se ganan, y nosotros ganamos 😉.
Nota al margen: El señor Duqueso Francés Fabio Gabioud culminó su partido sin amarillitas, sin discusiones, sin polémicas. La única vez que se acercó a hablarle al árbitro fue cuando terminó el partido para decirle "Que lindo dirigiste, esas medias te quedan re bonitas. Te quiero".
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